Semblanza Soledad Vargas Torres* Angélica Pacheco Arce

23.07.2016 11:00

María Balbina Vargas Torres mejor conocida como la hermana Soledad nació un 31 de marzo de 1939 en Matehuala, San Luis Potosí. Ella era la más rebelde de los 8 hermanos que componían a esa familia, según sus propias palabras; quizás, y esto sólo es producto de echar a volar la imaginación, sus padres y hermanos sintieron alivio cuando en 1960 decide entra en la Congregación Religiosa de las Hermanas de Santa María, nunca imaginaron que su rebeldía la llevaría a dejar el convento y entregar su vida a los pobres.

 

Este evento ocurre en un momento álgido de la vida en México, el movimiento estudiantil de 1968, pero es importante recalcar –y Soledad nos lo aclarará- su salida del convento ya venía gestándose desde varios años antes, gracias a los cambios que proponía el Concilio Vaticano II, lanzados por el papa Juan XXIII en 1962 y continuados por el papa Pablo VI en 1967, y que constituyen todo un punto de inflexión en la historia de la iglesia católica al lanzan una encíclica en defensa de los derechos humanos sobre todo de los más pobres.

 

Entonces, a finales de la década de los años 60´s y principios de los años 70´s se empiezan a organizar estas mujeres y hombres religiosos para poner verdaderamente en práctica lo que proponía esa encíclica y convivir con las personas más necesitadas y desprotegidas, por supuesto llevando no sólo la palabra de Dios escrita y acontecida, sino ejerciéndola en la práctica concreta; que significaba esto: renovar la casa católica a partir de las necesidades de los más pobres haciendo un análisis de la realidad, partiendo de los eventos que se estaban viviendo y gestando en ese momento y organizándose con los de abajo en los movimientos populares libertarios.

 

La exigencia de la  renovación religiosa por supuesto que tocó a Soledad, esto aunado a su profunda rebeldía y capacidad de apoyar a los pobres y desprotegidos, la llevo a serias confrontaciones con la Congregación a la cual pertenecía, en especial con la madre superiora, quien intentó presionarla para que dejará los hábitos, cosa que nunca logró, y sin embargo ella y otras hermanas de la Congregación dejaron el convento para poner en práctica algo que si bien se proponía en el Concilio Vaticano II, ya era parte de la esencia y personalidad de Soledad, es decir, su capacidad autogestiva, organizativa y solidaria para la construcción de un mundo verdaderamente justo.

 

A finales de los años 60´s, ella ya está insertada en la pastoral de la Diócesis de Cuernavaca y con el cobijo del Padre Orozco, optan por vivir de manera muy precaria en colonias populares, distinguidas por el florecimiento de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs). Aquí empieza a convivir e insertarse en la práctica cotidiana de las comunidades, ¿qué quería decir esto?, que si había la necesidad de meterse a las fabricas a trabajar con los obreros se hacía, sí se tenía que trabajar codo a codo en el campo también se hacía, igualmente en las labores domésticas de las comunidades en las cuales se hacía patente el apoyo solidario.

Desde  su gran compromiso en las CEBs, participa  en la conformación y organización regional del GER, Los Grupos de Estudio y Reflexión fundados por el agente de pastoral Gerardo Thyssen de origen Holandés y exilado chileno durante el golpe de Estado; también se involucra en las movilizaciones populares y la solidaridad internacional con los pueblos en lucha por su liberación desde la diócesis de Cuernavaca, encabezada por el obispo rojo Don Sergio Méndez Arceo, quién siempre estuvo apoyando a todas las mujeres que habían abandonado el convento para realizar una labor verdaderamente productiva y constructiva con los pobres.

Sol también cercana a muchos militantes de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), organización liderada por el maestro Genaro Vázquez Rojas en donde había una amplia participación de las CEBs a nivel de comunidades, pueblos, regiones y en general a nivel nacional; daba cohesión a sus ideales, no sólo como luchadora social participando en marchas o mítines, sino tomando una clara postura socio-política en donde estaba cobijada por un mismo sentir; ya que sus viajes constantes al estado de Guerrero y otros estados del país como misionera la hicieron interactuar profundamente con el vivir, pensar y sentir del pueblo.

Además de su profunda participación en los movimientos populares, Sus actividades en el GER estaban encaminadas más allá de la reflexión bíblica, tenía más un compromiso organizativo a nivel social, apoyando los movimientos populares y la solidaridad internacional así como la elaboración de proyectos productivos, encaminados a las comunidades rurales y a los más necesitados.

En el caso de los proyectos productivos, Gerardo Thyssen pide apoyo a la Organización Pueblo para implementar Grupos de Abasto Popular dentro del GER, y Soledad siendo muy participativa se involucra apoyando a la organización de estos grupos de abasto en el poniente de Morelos, de hecho la primera reunión se hace en Miacatlán en donde empieza a crecer esta organización hasta la formación de una red de grupos de abasto, en donde la experiencia fue autogestiva, aquí se reunían los vecinos elegían un encargado para la cuestión económica y daban una colaboración de $10.00 por persona, cuando ya se había reunido un fondo, se compraba los productos básicos que necesitaban las familias y se repartían.

 

Como podemos darnos cuenta su vida cambió completamente de una vida enclaustrada en un convento a una movilización social popular, en donde su capacidad de tejedora social, la hacía unir redes de solidaridad a través de los conocimientos que ella traía de su formación en el convento y quizás desde antes. En palabras de Humberto Torres del comité Don Sergio Méndez Arceo, Soledad no salió del convento para dejar una vida religiosa, sino para innovar esa forma de vida, de acuerdo a los tiempos que se vivían, ella no es convencional en cuanto a su concepto de vida religiosa, es decir no es una persona institucional pero si es coherente con los principios religiosos del verdadero compromiso cristiano.

 

En cuanto a los conocimientos que darían una profunda cohesión a su labor social, están los de docencia, ya que como muchos sabemos es la maestra de 44 generaciones (quizás más) de educación preescolar, 39 años en el área de la salud, 32 años participando y colaborando en el Instituto Mexicano de Medicinas Tradicionales Tlahuilli A.C., así como 18 años de incentivar y formar a compañeras terapeutas y generar espacios de salud a lo largo y ancho del estado de Morelos y algunos más en otros estados del país, como el consultorio de su querido pueblo Matehuala al que una vez al mes acude para apoyar y orientar a las terapeutas que se encuentran allá.

 

La Escuelita del niño trabajador, nombre que cobija su trabajo como maestra de preescolar en la actualidad, inició en el año de 1972, al lado de su compañera Leonor Sánchez con quién también emprendió el trabajo en el área de la salud años más tarde.

El nombre no podía ser más apropiado para la formación que tienen los pequeños en este espacio de aprendizaje y de trabajo; durante mucho tiempo la Escuelita estuvo moviéndose por diversos barrios de Ocotepec en el municipio Cuernavaca; en ocasiones según sabemos, las clases se impartían en terrenos al aire libre cerca de campos de cultivo de maíz, donde los niños a veces jugaban a perderse entre los sembradíos. En la enseñanza a los pequeños se les incentiva la creatividad y el sentido lúdico, así como la solidaridad y el respeto, además tienen ratos de esparcimiento con danza y cantos que Soledad enseña, gracias a sus estudios de Danza regional en el convento.

Muchos de los niños que actualmente asisten a la Escuelita son hijos de exalumnos que hoy en día tiene diversas profesiones y oficios y que no han olvidado el conocimiento que adquirieron con Soledad, aun cuando no otorga documentos oficiales, sin embargo los niños al presentar examen en la SEP para ingresar a la educación primaria cuentan con conocimientos que rebasan los estándares oficiales, sin ningún problema para ingresar a la educación básica.

Los niños que han egresado de la Escuelita del niño trabajador cuentan con los primeros lugares en sus escuelas, además de becas y de estímulos por su alto rendimiento gracias a la sólida formación que recibieron en el preescolar. La preparación y formación que se imparte tiene tan buen método, que diversas maestras de varias primarias de la zona, envían a pequeños a regularizarse en la Escuelita del niño trabajador porque observan en los niños egresados de esa escuela su calidad educativa y social, preparación que los profesores no han logrado en todo un ciclo escolar.

El espacio con que cuenta actualmente para realizar sus múltiples trabajos fue obtenido gracias a un financiamiento que consiguió Gerardo Thyssen fundador del GER; Humberto Torres del Comité Don Sergio Méndez Arceo, recuerda que por finales de los años de 1980´s o principios de los años 90´s, llegó a su casa Soledad, un domingo como a las 6 de la mañana, pidiéndole apoyo para la elaboración de un proyecto que tenía que entregar inmediatamente para obtener el financiamiento para la compra del terreno donde se construiría la Escuelita, de este modo es como Sol se hace de este lugar en Ocotepec.

En este pequeño pero gigante espacio funge actualmente La Escuelita del niño trabajador, el consultorio “San Felipe de Jesús”, el salón de clases para la formación de terapeutas, así como el espacio para encuentros y compartición de conocimientos, además ahí se encuentra el temazcal y el jardín botánico de donde Soledad obtiene diversas plantas para elaborar tinturas, microdosis, tés, pomadas, champús, jarabes y un sinfín de productos herbolarios que ella y las compañeras elaboran para el consultorio. El segundo piso de esta construcción es su modesta casa, donde el Capi, un pequeño perrito es el tranquilo compañero de Soledad así como sus tres pericos.

En cuanto a la salud se refiere, empezó a participar desde la primera Fiesta Nacional de la Planta Medicinal que inició en el año de 1984 en Cuernavaca y que organiza el Instituto Mexicano de Medicinas Tradicionales Tlahuilli A. C., y que año con año se traslada a diferentes sedes ya sea dentro o fuera del estado de Morelos.

En los inicios de los años de 1990, Soledad apoya al grupo de salud de la colonia Antonio Barona en Cuernavaca, este grupo de salud lo componía el grupo de Acción Social y aunque ella no vivía en esta colonia, estaba involucrada con ellos como agente externa en el proceso de formación. Más tarde se separa de este grupo pero forma otro contingente de salud en esta misma colonia.

Pero sus inicios en el área de la salud se remontan a 1977 gracias al párroco Eloy Ocampos quién incentivo en Soledad el amor por esta noble práctica.

Su liderazgo la llevó a profundizar sus conocimientos en el área de la salud, radicalizándose y vertiendo por completo su formación en la herbolaria, los temazcales, los masajes y más tarde en la medicina china en la Universidad Vox Pópuli de México junto a Sonia Ribeiro a quién conoció en 1997, para después formar un sinnúmero de filas de terapeutas y trabajadoras de salud en Morelos, Guerrero y San Luis Potosí, entre otros lugares.

En cada espacio de salud ha formado nutridos grupos de terapeutas que no siempre se mantienen completos, debido a la gran responsabilidad que esto implica, no obstante, siempre quedan de 3 a 5 compañeras comprometidas, de los 10 o 15 que empezaron la formación, pero las que se quedan son sólidas en su compromiso para las personas y los espacios de salud de su comunidad.

Actualmente en Morelos existen consultorios populares de salud en Ocotepec, La Barona, Flores Magón, Amacuzac, Zapata, Tepoztlán, Acapanzingo, San José de los Laureles y no sabemos si continúan existiendo los de Mazatepec y Miacatlán.

Sus conocimientos abarcan diversas técnicas que son las que comparte con las compañeras formadas por ella, entre sus conocimientos trabaja la parte psicológica, dando un acompañamiento a los procesos de las personas con conocimientos en herbolaria, acupuntura china, magnetoterapia, auriculoterapia, diferentes técnicas de masajes, reflexología, hidroterapia, temazcal y muchas técnicas más que le brindan un profundo ojo clínico en su práctica.

 

A través de su trabajo en las CEB´s, Soledad continúa su práctica de apoyo solidario a movimientos sociales, a través de la colecta ya sea de víveres o de recursos económicos para una causa social. En el caso de la Fundación Don Sergio Méndez Arceo, ella es responsable de la zona norte de Cuernavaca para la difusión, propaganda y colecta de recursos para el premio que año con año se da a colectivos y e individuos que participan en la defensa del territorio y los derechos humanos.

Su personalidad exigente en todas las áreas de trabajo en que participa, ha sido clave para que esto funcione y salga adelante tanto con los pequeños como con las terapeutas que deben de hacerse responsables de los espacios de salud en todo el estado, sin olvidar que lo importa para Soledad es aprender para servir.

 

* Agradezco a Humberto Torres y Maricruz Ortiz por la información brindada, así como a mi compañero Jaime Domínguez por “sacarle la sopa” a Soledad en una plática que aparentemente era sin mayor importancia.